Recuerdo que aquella mañana empezó en Maroño abajo cero. Las nubes cubrían la sierra de Gorobel y decidimos ir a buscar la cascada e Peñaladros a la zona de la Peña Angulo.

La suerte tampoco nos acompañó allí: Muchas nieve, mucho frío y la carretera impracticable para mi coche…

Con la diosa Fortuna dándonos la espalda, decidimos jugarnos la última carta ya cerca de casa, en la cascada de Bezi. Allí sí que nos pudimos explayar a gusto.

Se trata de una pequeña catarata que alcanza su esplendor en época de lluvias o nieve. Una pena que tenga su final tan próximo a la carretera. Debido a esa circunstancia, se complican bastante los encuadres y hay que procurar buscar detalles en los que fijar la vista.

La toma no tiene ningún misterio. Tan solo lleva polarizador circular y una exposición larga para conseguir el efecto seda en el agua.

Esta semana ha sido bastante ajetreada y he tenido el blog bastante desatendido. Hago propósito de enmienda para los próximos días. Prometido.